MODALES

 

Los modales son según la cultura y la educación o prestigio de las familias por esto no se puede tener una categoría general de cómo son los modales.

 

Los modales en la mesa son una convención social que cambia con cada familia, con cada cultura, y con cada generación.  Han pasado ya casi 100 años desde que Emily Post  escribió su libro, Etiqueta, y solo estoy levemente apenado con el hecho de que nunca lo he leído.  El hecho es que a mí me importa conocer los suficientes modales como para no ser ofensivo, pero no lo suficiente como para ser un experto.  Incluso existe el Instituto de Emily Post en línea que responde a cada pregunta acerca de etiqueta que puedas preguntar.  Yo creo que generalmente conozco lo que ofende a las personas, y ciertamente sé lo que mí me ofende.  No necesito más que el conocimiento básico de cómo funcionan los modales para poder funcionar en mi vida.  Si alguien sin modales es considerado un patán entonces alguien quien tiene demasiados modales es probablemente un melindroso.  Yo prefiero no ser ninguno.  Pero, acerca de los modales en la mesa.  Como ya lo dije, los modales cambian con el tiempo, la cultura, y la familia.  Existen solo unas cuantas reglas que yo tengo para cuando nos sentamos a la mesa.    

 

     

1. No hables con la boca llena: Yo creo que este es un no-no universal.  Es asqueroso y por lo tanto es rudo.  

     

2. No hables cuando otra persona esté hablando: Si alguien está hablando, no interrumpas.  Esta regla funciona igualmente cuando no estamos sentados a la mesa.  

     

3. No te quejes acerca de la comida: No me importa qué tanto coman los niños, pero es molesto el escuchar quejas acerca de la comida.   

   

4. Nadie deja la mesa hasta que todos hayamos terminado de comer: Si los niños devoran su comida aún se espera que ellos continúen siendo parte de la conversación hasta que yo también haya terminado de comer (y su madre también por supuesto).  

     

5. No juegues con tu comida: De otra manera conocida como la regla de la crema de papas.  

     

6. No alimentes al perro: Mi abuela siempre le daba de comer al perro por debajo de la mesa.  Esto estropea la hora de la comida porque hace del animal una molestia que no sabe acerca de mis otras 6 reglas.  Nosotros no tenemos un perro; tenemos un conejo.  El es mucho más fácil de ignorar que un perro, pero aún viene y te da golpecitos en los pies para que le alimentes.  Cuando nos sentamos a comer le damos su tazón con lechuga y fruta al mismo tiempo.  De esta manera, todos nos sentamos juntos a comer y nadie se siente abandonado y no hay suplicaciones (aunque los conejos se ven bien tiernos cuando suplican por comida).  

     

7. Ayuda a  recoger los platos y la basura: Yo no espero perfección, preo los niños deberían al menos respetar la comida lo suficiente como para ayudar a limpiar después de haber comido.    

 

     

Eso es todo.  No hay nada espectacular o súper único en esto.  Son simplemente mis reglas para la hora de la comida.  Yo prefiero dejar las pequeñas cosas como los temas amables de conversación y criticismos como el levantar el dedo meñique para los profesionales.  Mis hijos durante la comida pueden hablad de cualquier cosa que ellos quieran, y ni siquiera sé de dónde viene la costumbre de levantar el dedo meñique de todos modos.  Está bien – lo voy a investigar.  Originalmente las tazas de té provinieron de China, y no tenían agarraderas.  El levantar el dedo meñique era para balancear la taza y no regar el líquido.  La agarradera fue añadida a las tazas por la compañía de Porcelanas Meissen en 1710, pero la tradición continuó.  ¡Ahí lo tienen!